TIERRA INQUIETA


by Chiara Ambrosio and Caterina Pasqualino




Dicen que el huerto estaba seco.

Dicen que la gente andaron por la calle noche y dia. Llegaron a la Fuente de Anaydamar al anochecer.

Fuente de Lagrimas, ojo que llora, agua de vida que bana pueblos, barrancos y la ciudad.

Cogieron agua en bottellas, en carrafas, en las manos y en sus bocas, y partieron otra vez por la calle,

entre tiniebla y luz.

Pasaron por Viznar y Alfacar, donde murmuja la tierra inquieta. Los vieron pasar por las Cuevas del Sacromonte, bajar por las calles empinadas del Albayzin, cruzar el Paseo de los Tristes, al margen del Rio Darro,

y salir por la Cuesta de los Chinos hasta el cementerio.

Eran muchos, y la noche oscura.

Dicen que llegaron al huerto con la madrugada.

Bajaron en el barranco y se quedaron en la tierra.

Le dieron agua.

Esperan todavia.